CRÍTICA "No mires arriba" - Adam McKay


En No mires arriba, todo funciona como una crítica muy bien pensada y orquestada contra la sociedad actual y gran parte de la deriva que en estos días se está tomando. Critica las actitudes que tienen que ver con el enfrentamiento constante de bandos, unos grupos que nunca jamás estarán dispuestos a plantearse si sus prejuicios o asunciones no son como se creían (o como se les contó) y por ello el entendimiento en temas fundamentales entre bloques es totalmente una ilusión, como se percibe en ámbitos como el político en numerosos estados nacionales.

En este caso, el suceso de la llegada de un meteorito a la tierra es algo grandilocuente y aparentemente lejano hoy en día. Sin embargo, las reacciones que esto supone en la simulación que realiza la cinta recuerda mucho a lo que sucede en la actualidad y en ningún caso es algo descabellado. No es una crítica velada o muy fina. No necesita serlo pues el nivel actual de la sociedad ha llegado a un punto en que un suceso tan rocambolesco (en el que se niega una verdad simplemente porque tus líderes así lo quieren) no parece en ningún caso difícil de creer. Cuando todo es opinable y tergiversable, ocurren fenómenos como el que se narra, en los que creer cualquier cosa es posible y hasta las ultimísimas consecuencias.

Para ello, la propuesta de Netflix se sirve de nombres de la más elevada entidad posible. Leonardo Di Caprio (Origen, Titanic) representa el papel científico. Alguien que siempre ha estado alejado del foco, pero que las circunstancias ponen en el centro debido a sus conocimientos técnicos del suceso que se avecina. Él no quiere destacar ni ser un héroe, solo desea que se le escuche pues noblemente piensa que esto va a ser de gran utilidad a la sociedad en su conjunto y para salvar su futuro inmediato. Siendo cierto que para el tipo de papel tampoco hacía falta contar con uno de los mejores actores del mundo, da gusto disfrutarle en este contexto y cumple con el cometido propuesto, como ese personaje de infinita bondad y que parece de lo poco cuerdo y con sentido común que se puede encontrar en el elenco (pues debe servir de contrapeso a la deriva contra la que la cinta se posiciona).


Comentar que la aparición de Ariana Grande supone un alivio cómico más (de los muy buenos que posee la cinta) siendo una de los grandes momentos. Por su parte, la genial Jennifer Lawrence también aporta unos momentos de gran alivio que aportan enormemente al relato y generan una sensación no tan crítica de lo que se está viviendo. Su director y guionista, Adam McKay (El vicio del poder, La gran estafa americana), crea un ambiente perfecto para la crítica, sin caer en la caricaturización y en la burla simple. Desde el guion y la dirección hace algo a lo que ya nos tenía acostumbrados en obras previas: ofrece un ritmo y una agilidad a la narración que permite llevar de la mano al espectador de forma que este no se quede rezagado en ningún momento, dentro de una cinta que prácticamente alcanza las dos horas y media de duración. Incluso, mejora en ciertos aspectos a sus películas previas, en las que parecía siempre sentirse intelectualmente por encima del espectador y no le importaba aumentar el ritmo de la trama hasta puntos en los que este se perdiera y necesitara ser recuperado más adelante. Aquí, se nota que McKay no desea que nadie se vaya por otro camino, pues en la primera mitad del metraje siembra las semillas de la crítica más contundente y evidente que realiza en el segundo tramo. Si en los primeros compases esta ridiculización velada se comienza a intuir, más tarde se sitúa como claro que ese va a ser uno de los principales objetivos de la cinta.

La cinta de Netflix funciona en varios registros. Obviamente, el ya comentado (que supone la sátira) es el más evidente y el que prolifera finalmente en el relato. Sin embargo, posee detalles de un drama con todas sus características. Y cómo no, los momentos de alivio cómico comentados que endulzan la narración y que no necesariamente están ligados a la crítica social, sino que estos funcionan como entes aparte, y mencionada crítica transcurre por otro lado. Es una propuesta ciertamente entretenida, muy bien llevada desde detrás de las cámaras y la trama, y redondeada por la presencia de estrellas en forma de protagonistas que aumentan más su relevancia si cabe, pese a lo quizá impropio de presenciar estos nombre en este tipo de proyectos.

No mires arriba contó con cuatro nominaciones en los Oscars 2022 (Mejor Película, guion original, montaje y banda sonora) pese a que se marchó  de vacío finalmente.


Fuente de las imágenes: www.imdb.com

Post realizado por Diego Senso.

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