CRÍTICA: The Old Man and The Gun - Un gentleman detrás de otro

Robert Redford in The Old Man & the Gun (2018)
Tras la magnífica A Ghost Story, David Lowery vuelve a la dirección de la mano de The Old Man and the Gun. Película que, al menos de momento, no parece haberse conseguido hacer un hueco en la temporada de premios 2018-2019 pese a las caras conocidas de las que el director de otras producciones como Peter y el Dragón o En un lugar sin rey se ha rodeado. De hecho,  tan solo se ha visto recompensada con una única nominación en los recientes Globos de Oro 2019, en los que su protagonista fue candidato al premio a mejor actor en la categoría de comedia o musical. Categoría en la que, sea mencionado de paso, se antoja complicado encuadrar a esta cinta.

Robert Redford, en un papel en el que se despide de la interpretación a sus 82 años, encarna a Forrest Tucker, un criminal estadounidense popularmente conocido por haber escapado de numerosos centros penitenciarios durante su vida criminal. Lowery, utilizando como base la historia de su vida, centra el guion una serie de episodios relativos a un elevado número de atracos a bancos en los que quizá el modus operandi (además de la propia forma de ser de su personaje) fuera de lo más llamativo.

Robert Redford in The Old Man & the Gun (2018)

La película goza de un ritmo constante que cuenta lo justo de una historia interesante en un escaso minutaje (cosa de agradecer al director, en el mismo sentido que en su película anterior). Esto permite que la cinta se nutra (casi en exclusiva) de las apariciones de un buen Robert Redford. Y es que, cuando Forrest Tucker aparece en pantalla, se hace casi indiferente el modo en que lo haga. Y esto es recalcable pues, en ocasiones el argumento se separa de esas historias de robos y dinero, para acercarse más a una vertiente mas romántica. Una de las virtudes de la película es, que en ocasiones, desconcierta cuál es el registro en el que se disfruta más.

Junto a esto, es destacable que pese a encarnar la figura de un atracador, Forrest no se presenta en ningún momento como un villano. Su modo de actuar, con ese aspecto caballeroso y alegre, hace que su personaje en ningún momento alcance el mínimo ápice de malicia. Sigue siendo el gran protagonista, y se disfruta con él y sus desafíos a las fuerzas del orden.

Se podría decir, sin embargo, que no existía mucho margen para equivocarse. Lowery se asegura una buena historia, un buen protagonista, y tira de gente de confianza como Cassey Affleck, quien lleva firmando unos ultimos años muy destacables (donde ha firmado películas como Manchester frente al mar, que le valió el Oscar a mejor actor o la propia A ghost story). Sin embargo, aquí realiza un papel quizá demasiado secundario dentro de la trama, lo que no parece haberle permitido lucir como se podría haber imaginado (uno de los posibles efectos negativos de un metraje tan reducido). Pese a funcionar como antagonista, escasea el contacto entre él y el personaje de Forrest. Se echa en falta que juegue un papel con más peso en la trama. Pese a un par de ocasiones concretas de alto interés, su incidencia es baja casi en todo momento, hasta el punto en que no tiene apenas repercusión en momentos clave. Por contra, quien en gran medida se lleva este protagonismo secundario es Sissy Spacek (En la habitación, Quiero ser libre), quien aparece en aquella vertiente mas romántica de la historia antes mencionada, y quien funciona como un complemento perfecto para la historia fuera de la vertiente criminal.

Casey Affleck in The Old Man & the Gun (2018)

The Old Man and the Gun es el retrato de un gentleman al margen de la justicia, y quién mejor para interpretarlo que otro gentleman, esta vez de la gran pantalla.

The Old Man and the Gun se estrena en cines en España el 25 de enero.

Post realizado por Diego Senso.

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